Nueva derrota de Buccaneers en un partido celebrado en el prime time. Sea por una cuestión psicológica, sea porque los rivales en los partidos disputados a esa hora son más fuertes, esto va tomando un aspecto parecido a la «maldición del kicker».
Como es costumbre, comenzamos fríos y tras seis jugadas le dimos el balón a Rams sin haber anotado. Goff destrozó nuestra defensa, durante todo el primer tiempo especialmente, con pases rápidos a la espalda de los LB y anotó el primer TD de la noche.
Como si los Bucs no supieran hacerlo de otra manera, el ir por detrás en el marcador espoleó un tanto al equipo y conseguimos dos TD seguidos: el primero de ellos, logrado por Mike Evans tras avanzar 9 yardas luchando, literalmente, contra la secundaria angelina (9 yardas de huevos) y el segundo por Fournette, nos pusieron por delante en el marcador.
Pero en un subebaja de emociones que fue la tónica de la noche, en el siguiente drive empataban los Rams. Y volvieron a hacerlo con un FG que nos llevaba al descanso 17-14 abajo.
El tercer cuarto comenzaba con una intercepción de JPP que, por desgracia, solo se traducía en un FG que empataba el encuentro. La defensa bucanera paró el ataque y Matt Gay fallaba un FG que parecía darnos la oportunidad para ponernos por delante. Pero Brady, en otro de los varios lanzamientos malos que tuvo, era interceptado y los Rams volvían a adelantase en una anotación.
El partido entró en una fase en la que los ataques no fueron capaces de anotar y, a mitad del último cuarto, Whitehead interceptaba de nuevo a Goff y, esta vez sí, se conseguía el TD por medio de Chris Godwin en un esfuerzo espectacular.
La defensa de Buccaneers volvió a cumplir y solo permitió anotar un FG a Los Ángeles. Brady tenía 2 minutos y 36 segundos y un tiempo muerto para manejar un drive ganador o forzar la prórroga. Pero un nuevo lanzamiento horrible del QB fue interceptado por la defensa rival, que dejó morir el partido.
Lo mejor: el esfuerzo de nuestros WR, que nos mantuvieron en el partido. La defensa sigue consiguiendo recuperaciones de balón.
Lo peor: Tom Brady tuvo uno de los partidos más desacertados de su carrera. Los RB siguen sin saber atrapar un pase.