En Detroit llegó la décima victoria de la temporada. La victoria que asegura un puesto en playoffs después de trece años de sequía. Jugadores como Lavonte David, Gholston o Evans por fin podrán disfrutar de un partido de postemporada por primera vez en su carrera.
No se podía fallar y no se falló. Ante unos Lions diezmados en su roster y, sobre todo, en la banda, con la mayoría de su staff de baja por Covid-19, los Buccaneers se dieron un festín en la primera parte.
Esta vez no hubo inicio lento y anotamos cinco touchdowns en las seis posesiones que se tuvieron en esa primera mitad: una carrera de Fournette y Tom Brady, con cuatro pases para Gronkowski, Evans, Godwin y Antonio Brown, batía el récord de pases de touchdown en la franquicia en una temporada.
Por su parte, la defensa mantenía a raya a Detroit, que para colmo de males perdía también a Stafford en los primeros minutos del encuentro, permitiendo apenas 82 yardas totales.
El partido se iba al descanso con una clara ventaja de 34-0 para Tampa Bay.
Tanto es así que en la segunda mitad fue Gabbert quien dirigió el ataque bucanero y tuvieron minutos buena parte de los suplentes, especialmente de la línea ofensiva así como de la secundaria.
El nivel de anotación bajó y solo conseguimos dos touchdowns más, obra de Gronkowski y Mike Evans, que se fue hasta las 181 yardas de recepción quedándose a 40 de lograr las 1000 y ser el primer jugador en lograr esa cifra en las 7 primeras temporadas de participación.
La defensa, por contra, no se relajó y continuó a su ritmo no permitiendo anotar a los Lions, quienes consiguieron sus únicos 7 puntos en un retorno de punt.
Lo mejor: La clasificación, por fin, para playoffs. Evans se hinchó a hacer yardas. Brady se hinchó a dar pases. El ataque funcionó desde el principio. La defensa mantuvo el nivel de partidos anteriores.
Lo peor: Los equipos especiales, que permitieron una anotación de retorno. Succop, que estuvo fallón, aunque sus fallos no fueran trascendentes.