Y por fin se ganó un partido decisivo. Sin dejar todas las buenas sensaciones que se esperaban después de la semana de descanso pero se amarró un encuentro crucial para las aspiraciones de entrar en postemporada.
Comenzaron atacando los Vikings, pero un sack de Barrett obligó a patear a los de Minnesota. Y saltó el ataque al campo. Y saltaron con él los viejos fantasmas: a un drive con cinco jugadas antes del punt, le siguió otro en el que no se consiguió ni un primer down. Entre medias, los visitantes consumían más de ocho minutos para anotar un TD. Y ahí comenzó el «recital» de Dan Bailey, fallando el extra point para, a continuación fallar dos Field Goals.
Afortunadamente, Tampa Bay no desaprovechó los regalos del kicker rival y anotó dos TD rápidos: uno del casi olvidado Scotty Miller y otro de Ronald Jones. Al final del segundo cuarto, un gran movimiento estratégico de Bruce Arians, obligando a los Vikings a jugar a falta de medio minuto, obtuvo como premio un Field Goal de Succop. Se llegaba al descanso con un marcador de 17 a 6 que, visto el inicio, nadie podía esperar.
La segunda mitad comenzó con los Buccaneers atacando y en el mejor drive del partido, Gronkowski tomaba un pase de Brady para anotar TD (otro más de esta pareja de leyendas) que nos situaba 23 a 6 (Succop falló el extra point) y que nos daba la suficiente ventaja para manejar el resto del partido con una cierta tranquilidad.
Los Vikings contestaron con un TD tras otro larguísimo drive de más de 8 minutos anotando la conversión de dos puntos. El ataque bucanero volvió a mostrarse espeso y solo pudo devolver la pelota cuando aún no había terminado el tercer cuarto.
Minnesota se plantó en la yarda 8 de Tampa y ahí surgió la defensa bucanera, que ya había dejado alguna perla durante los tres primeros cuartos, pero en el último destapó el tarro de las esencias: dos sacks consecutivos obligaban a los Vikings a intentar un FG que de nuevo fallaban. Por nuestra parte, Succop sí anotaba un FG que dejaba el marcador 26 a 14.
Apurando las jugadas hasta el cuarto down, unos Vikings a la desesperada atravesaban el medio campo solo para ver como JPP arrancaba el balón de las manos de Cousins para poner fin al partido.
Lo mejor: Por supuesto, el resultado. La línea defensiva, que consiguió 6 sacks, la secundaria que controló a sus receptores y la línea ofensiva que protegió bien a Brady. Succop, que no se contagió de su rival.
Lo peor: El ataque sigue siendo inconsistente. La defensa contra la carrera no pudo frenar a Dalvin Cook.