Empezamos esta entrada con una pregunta, en un principio, inofensiva e intrascendente:
¿Qué estábais haciendo el 6 de enero de 2008?
Les cuento un poco de cómo estaba el mundo en esos años, para orientaros. La selección española venía de ganar su grupo clasificatorio para la Eurocopa, buscando mejorar su caída en la fase de grupos de la Euro anterior (lo cual lograría al ganar la Euro ganando todos sus partidos), la selección argentina lideraba su clasificación al Mundial 2010 con tres triunfos y una derrota, los Spurs la tenían complicada para retener su título de la NBA. Twitter y Facebook recién arrancaban, pero ya se veía que iban a cambiar el mapa de la Internet y la domesticación del perro… bueno, eso es material para otra entrada.
Por mi parte, yo en ese momento estaba trabajando en un cibercafé, con unos 30-35 grados de térmica (Celsius, ¿que soy del hemisferio Sur eh?) y esa tarde seguí por el GameTracker el partido que enfrentaba a nuestros Buccaneers (flamantes campeones de la NFC Sur) con los New York Giants. Recuerdo en aquel momento haber pensado que prefería que nos tocaran los Giants antes que los Redskins, que venían con el ánimo en alza y cuatro victorias al hilo después de la muerte de Sean Taylor. Y me ilusioné con el comienzo que tuvimos en ese partido, pero después de eso fue todo cuesta abajo y se terminó con el fumble de Micheal Spurlock (THE GREAT CURSE HAS BEEN LIFTED!) en el kickoff que dio inicio al segundo tiempo. Al final fue 24-14 para los chicos del Manning menor y lo que es peor, fue la última vez que Tampa entró a playoffs. Sí. Así como lo leen. En la temporada 2007 fue la última vez que clasificamos a playoffs. HACE. TRECE. AÑOS. Al año siguiente, llegamos a tener una marca de 9-3, antes de que el equipo se deshiciera por la anunciada salida de Monte Kiffin y perdiera los cuatro juegos de ese diciembre negro para quedar afuera en la última fecha. Luego llegaron los tres años de Raheem Morris (con un 10-6 que no alcanzó en la última fecha), Greg Schiano, Lovie Smith, Dirk Koetter (un 9-7 que también se quedó cerca) y finalmente Bruce Arians. Y esta temporada, la más ilusionante desde 2008, muy probablemente.
¿Y qué quiero decir con esta laaaarga introducción?
Quiero decir, estimados amigos Bucs, no entren en el triunfalismo ni el derrotismo de los medios. Cualquier análisis que se haga de esta temporada de Tampa, desde el desastre del MNF ante los Saints como en esta reciente victoria en Carolina (primera vez que barremos un rival divisional en cuatro años), tiene que tener en cuenta que hace trece años que no vamos a playoffs. Todo esto sumado a la falta de pretemporada, tan necesaria en un equipo con un QB nuevo, hace que esta temporada sea atípica. Y tenemos un gran objetivo este año: ENTRAR EN PLAYOFFS.
Ya sé que todos queremos levantar el Lombardi por segunda vez, si es de locales mejor. Y muy probablemente la llegada de Tom Brady no tenga otro objetivo en vista. Pero los insto a todos a que pensemos en el corto plazo primero. Recuerden que desde el 2002, lo hemos intentado todo. Y cuando quiero decir todo, es TODO. Hemos probado darle las riendas a QBs experimentados (Garcia, McCown, Rattay, Fitzpatrick… nos faltó Testaverde), QBs jóvenes con futuro (Simms, Gradkowski, Griese), hasta nos jugamos con dos QB de primera ronda, ninguno de los cuales se ganó la oportunidad de renovar un contrato. Pasaron tres General Manager y varios Head Coaches. Nos fuimos de la extrema imbecilidad severidad de Schiano hasta la juvenil actitud de Morris, invertimos fuerte en línea defensiva, línea ofensiva, receptores, corredores. Todo para quedarnos varios eneros al hilo sentados en nuestras casas viendo como otros equipos se la juegan al cara o cruz de los playoffs. La aparición del #9 que juega en New Orleans, más la extraña dupla que hacen el #2 y el #11 en Atlanta y la tremenda versatilidad de Carolina, con o sin Scam Newton, nos han dejado con un palmo de narices en varias temporadas ya.
Este año, como ya dije, tenemos la mejor chance desde 2008 de volver a playoffs. El equipo funciona bien, aún con sus inconsistencias. Los receptores están desarrollando la química con el QB, el juego de carrera se va estableciendo, la defensa se dobla pero no se quiebra y saca turnovers en los momentos oportunos. Tal vez nos mereceríamos un OC que estuviera más a la altura del talento que hay, pero Tom loves the man, ya lo dijo. Entonces, no os creáis que Evans se va a ir porque no le pasen el balón como se lo pasaba el cegato, que Antonio Brown ya está rompiendo el vestidor en su segunda semana, que el equipo se cae porque el QB está de malas en las sidelines… «el efecto Brady» tiene esas cosas. Lo bueno se magnifica, y lo malo también. Quedémonos en el camino seguro, disfrutemos esta temporada y esperemos estar en playoffs el segundo fin de semana de enero.
Abrazo bucanero.