Los Bucs – El estadio

El estadio

Esta es nuestra casa, el Raymond James Stadium. El Ray Jay para muchos. Pero no fue siempre así, antes era el Tampa Stadium, el Big Sombrero. Y todo lo que lleva este Estadio, implica un aura pirata a su alrededor, el barco… si, ese barco pirata que pega cañonazos cada vez que los Bucs anotan.

Os ponemos extractos del libro «Los Bucs y la madre que los parió» de Alfonso Colmenar para que os vayáis haciendo una idea de lo que implica este lugar. También os recomendamos leer el artículo que otrora escribiéramos tras nuestra visita a las entrañas del estadio. No obstante, para más información sobre porqué somos llamados los Bucs, la historia de ese pirata llamado Gasparilla, tendrás que comprar el libro.

El Raymond James Stadium fue construido para reemplazar el Tampa Stadium a petición del nuevo propietario de los Bucs, Malcolm Glazer. Se encuentra adyacente al terreno donde se encontraba el antiguo estadio, en la avenida Al López Field, y que ahora se ha convertido en un estadio de béisbol de ligas menores. Una vez construido, el coste final del nuevo estadio fue de 168,5 millones de dólares, financiado con fondos públicos.

Durante su construcción, era conocido como Tampa Community Stadium, pero en junio de 1988, los derechos nominativos fueron comprados por 32,5 millones de dólares durante 13 años por la empresa Raymond James Financial, con sede en San Petersburgo (Florida). Posteriormente, el 27 de abril de 2006, se firmó una extensión para mantener los derechos hasta 2015. Y en mayo de 2016, los Buccaneers anunciaron que los derechos se extendían durante 12 años más para garantizar que el nombre de Raymond James Financial continuara apareciendo hasta 2028.

El estadio se inauguró oficialmente el 20 de septiembre de 1998 en un partido contra Chicago Bears en el que los Buccaneers ganaron 27-15. Por otro lado, el 20 de marzo de 1999 el estadio acogió el partido de fútbol entre el Tampa Bay y el United, en el que Tampa Bay perdió por 5–2.

El estadio también albergaba el la Outback Bowl del College Football, el día de Año Nuevo desde 1999. Desde 2018, se celebra el Gasparilla Bowl.

El estadio es el hogar de los South Florida Bull en la American Athletic Conference. Y actualmente, también hace de casa de los Tampa Bay Vipers en la XFL de Football.

Tiene una capacidad de 65.618 espectadores, pero es ampliable a los 75.000. De hecho, la mayor asistencia fue el 9 de enero de 2017, cuando el Raymond James fue sede de la final del College en la que Clemson ganó a Alabama 35-31. Asistieron 74.512 personas.

En el terreno que nos ocupa querido lector, el Ray Jay ha tenido un descenso en la asistencia a los partidos en los que Tampa Bay juega en casa. Hay veces que se ve el estadio e incluso parece haber más aficionados rivales, que locales. Quizá con la llegada de Tom Brady en la temporada de 2020, la cosa gire hacia nuestro favor. 

El barco

Una de las características más reconocibles del estadio, ya lo he comentado, es un barco pirata, se trata de una réplica de acero y hormigón de 43 metros en la zona del extremo norte. Cada vez que los Bucs suman puntos, entran en la red zone del equipo rival o ganan un partido en casa, se disparan los cañones del barco. Los cañones disparan una vez por cada punto anotado. Además, cuando los Buccaneers entran en la Red Zone de su oponente, se izan las banderas del equipo alrededor del perímetro de la cubierta superior. También, durante varios momentos a lo largo del partido, la canción «Yo Ho (La vida de un pirata para mí)» se reproduce en el sistema de megafonía del estadio (tomado de Piratas del Caribe), que indica a los aficionados a bordo del barco que se preparen porque empieza el sorteo de camisetas y distintos productos de merchandising para los que se encuentran en esa zona. La zona también se conoce como «Mini Gasparilla» para la mayoría de los fans. Un aspecto curioso es el loro mecanizado que se encuentra en la popa del barco pirata. Controlado por control remoto, el loro alienta a los fans y habla con los que pasan cerca. 

Por otro lado, el ‘Buccaneer Cove’ presenta una fachada de aldea de pescadores de dos pisos desgastada, que alberga puestos de comida rápida del estadio y unos baños. 

En 2003, los carteles publicitarios de las esquinas en el estadio fueron reemplazadas por unas columna rotatorias y estas a su vez, fueron reemplazadas en 2016 por unas nuevas pantallas de alta visibilidad.

Raymond James Stadium cuenta con un césped magnífico, siempre entre los dos o tres primeros en las encuestas que se les hacen a los jugadores. 

Una de las mayores reformas que ha sufrido el estadio fue el tema de las pantallas de video marcadores. Inicialmente, las dos pantallas de video Daktronics «Buc Vision» de 200 metros cuadrados estaban entre las más grandes de la NFL cuando fueron construidas. En 2016 fueron reemplazados por tableros de video HD de 890 m2 en ambas end zones, a esto se le unió una nueva torre de video de 210 m2 en cada esquina. En conjunto, las pantallas de video cubren más de 2.600 m2, lo que convierte la del Raymond James Stadium en la tercera pantalla de video más grande de la NFL. El sistema de sonido original y los lujosos palcos también fueron mejorados.

 

El antiguo Tampa Stadium era conocido como «The Big Sombrero». (fuente: GettyImages – Joe Robins)

El Ray Jay o New Sombrero

El estadio se le conoce como «Ray Jay» o «The New Sombrero», una variante de «The Big Sombrero», el apodo que tenía el viejo Tampa Stadium. También a veces de manera peyorativa entre la comunidad local se le conoce como «el CITS» (Community Investment Tax Stadium), un nombre acuñado por el comentarista deportivo local Chris Thomas que alude al hecho de que el estadio fue financiado en su totalidad por los contribuyentes locales.

Como pasa en muchos estadios de los deportes americano, el nombre del Raymond James Stadium no alude a una figura pública oscura o a una leyenda deportiva local de antaño, sino una próspera y una diversificada firma de servicios financieros con sede en San Petersburgo, Florida: Raymond James Financial. La compañía ha tenido los derechos sobre la denominación del estadio desde su apertura en 1998 y continuará como el patrocinador hasta la temporada 2027, colocándose como segunda compañía que ostenta los derechos sobre el nombre de un estadio activo de la NFL durante más tiempo.

El nombre en realidad proviene del resultado de la fusión en 1964 de dos compañías de servicios financieros, una dirigida por Robert A. James y la otra por Edward Raymond. Raymond James se incorporó como Robert A. James Investments en 1962. En 1964, Raymond and Associates se fusionó con Robert A. James Investments, y se formó Raymond James & Associates.

En una era en la que la mayoría de sus competidores se enfocaban únicamente en comprar y vender acciones o fondos mutuos, Raymond James estaba comprometida con una planificación financiera integral para cada individuo. La firma se ha dedicado a proporcionar un servicio personalizado y satisfacer las diversas necesidades financieras de sus clientes desde entonces. Realizar lo que se llama popularmente en economía financiera, “hacer un traje a medida” a los inversores.

Los asesores financieros de Raymond James basan sus recomendaciones de inversión no en acciones activas o tendencias de mercado a corto plazo, sino en una comprensión completa de la situación financiera y los objetivos únicos de cada cliente. Esa planificación dedicada fomenta elecciones bien informadas y el compromiso con el servicio al cliente, los cuales han sido distintivos de la compañía Raymond James desde su comienzo.

Los inversores han adoptado y agradecido ese enfoque. Durante el transcurso de más de cinco décadas, Raymond James se ha convertido en una empresa de gran prestigio, con más de 7.100 asesores financieros que prestan servicio a más de 2,9 millones de cuentas en más de 2.800 ubicaciones en los Estados Unidos, Canadá y resto del mundo. Además, los activos totales de los clientes son de aproximadamente 604.000 millones de dólares (datos a septiembre de 2016). La compañía se ha convertido en líder reconocida internacionalmente en la industria de inversiones, mientras que su compromiso con los clientes y su bienestar financiero sigue siendo tan fuerte como siempre. (no, no me patrocina -ojalá- Raymond James, pero conozco que está siempre entre las mejor reconocidas y valoradas).

En definitiva, la compañía, con cotización en la Bolsa de Nueva York (RJF), es una compañía multinacional con distintas unidades de negocios que atienden a una variedad de clientes, desde particulares y propietarios de pequeñas empresas hasta municipios y grandes corporaciones.

 

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