Si señores, no podíamos dejarlo mucho tiempo, nos fuimos a Tampa para visitar el Raymond James y poder tocar el césped y sentarnos en la misma silla de Jameis.
Buenas semanas en la Bahía! Cañones y Football estuvo en Tampa Bay, y no sólo para ver nuestro templo, el Raymond James, sino para reunirnos con los mismísimos Tampa Bay Buccaneers.
Aunque si queréis una vivencia en primera persona, no podéis pasar de escuchar nuestro último Podcast, y primero de esta la tercera de Cañones y Football. Aquí podrás ver fotos realizadas dentro del Ray Jay y del One Bucs Place y alrededores. La gestión del estadio, como os comentamos en el Podcast, no pertenece a los propios Tampa Bay Buccaneers, sino que lo gestiona la empresa Tampa Sports Authority, ya que el propietario real es el condado de Hillsborough, donde está Tampa Ellos son los que gestionan los distintos espectáculos, conciertos y shows que se realizan dentro del Ray Jay. También alberga los partidos de los South Florida Bulls (equipo universitario de Tampa). La Outback Bowl también se juega ahí, entre evento y evento de Monster Trucks, que también tienen sede oficial allí. Y es que hay que rentabilizarlo ya que lo que en su momento costó 170 millones de dólares, hoy en día ya llegan a los casi 250 gastados en reformas.
En cualquiera eso, Tampa Sports Authority son los hacen un tour al estadio de una hora todos los días de la semana, sobre las 14:30. Y aunque la entrada del Tour te indique que es a las 14:30, el guardia de seguridad no te permite entrar con el coche para aparcar hasta aproximadamente un cuarto de hora antes. No hay prisa, así te da tiempo a ver las inmediaciones del Estadio, situado en el Noreste de Tampa, con empresas y viviendas unifamiliares donde se respira ese clima que sólo Florida te transmite. También los enormes aparcamientos de hierba que rodean al estadio, en ese momento vacíos, y que los imaginas llenos de pick-ups con barbacoas en ciernes en los días de partido.
Cuando la seguridad del Estadio, te permite pasar, entras en un estado de verlo todo, ya el clima transmite, ya la cercanía a las paredes externas del Ray Jay te envuelve en un ambiente más que embriagador. La entrada al Tour es por el lado Este del estadio, junto a las taquillas, ahora cerradas. Comienza en ese lado, y lo primero que puedes observar cuando entras en el lado East del Ray Jay es el Stadium Club. Un espacio lleno de mesas y palmeras características del Estado de Florida, al lado de una cristalera característica del estadio del Raymond James. Junto a este espacio, unas escaleras mecánicas que nos darán acceso al espacio real del Stadium Club
Y cuando subes estas escaleras, es como si te adentraras sumiéndote en una atmósfera bucanera que te hace vibrar. Sofás rojo Bucs, las columnas revestidas con vinilos de los jugadores de nuestro equipo visten un espacio reservado a comidas antes del partido ( o durante), ya que una enorme pantalla preside junto a la barra de comidas la
sala.
Bien es verdad, que estamos hablando del lado este, y no del recientemente inaugurado West, donde por fin (quién sabe si después de que los Bucs escucharan nuestro Podcast) hay una tienda de Bucs oficial (si, antes no había).
Se puede seguir subiendo, bien en escaleras mecánicas, bien en unos ascensores, que ya los pondría así los de mi casa. De esta forma, llegamos a lo más lujoso del estadio, las Luxury Suits. Puerta de madera, barnizada perfectamente, letrero plateado, que da acceso a un verdadero lujo de suit. Esa suit en la que quieres convertir el cuarto de los trastos de casa para que se transforme en tu palacio privado, tu tesoro, tu lugar de experiencias bucaneras.
En un lado, una encimara de granito negra, con todos los utensilios para preparar esos nachos con queso que nos encantan, una isla alta con sillas a su alrededor, y tres pantallas, donde se reproducen resultados y highlights. En otro lado de la sala, un recinto con sofás, mesa baja y cinco, sí, cinco pantallas, una verdaderamente enorme, donde descansar entre parón y parón del partido.
Y por último, como buen palco, dos filas de butacas de cuero gris, con logotipos de Bucs, donde, cómodamente, ver sonar los cañones tras anotar un TD de carrera Jameis Winston.
El siguiente paso en la visita, es bajar a nivel del mar, y digo eso, porque bajamos a nivel del barco, ese gran barco característico y único de Bucs. Una construcción replica de barcos del siglo XIX, que según contaban, se botó pero que terminó sirviendo de carne de museo. De hecho, la parte donde está situado es una replica de una villa pirata del siglo XIX. Un área que está dominada por este barco de 103 pies de largo y que sirve de entretenimiento a los fans.
Incluye locales de comida y refrigerios, y por supuesto, es donde mira todo el estadio cuando los Bucs anotan. El barco es inmenso, es escaliofriantemente inmenso. Su calavera en el mascarón de proa, es un aliciente más. Sus cañones, lanzando aire comprimido y una especie de talco, un ánimo y espaldarazo tras conseguir los puntos, y en su popa, el loro.
El loro es un espectáculo en sí mismo, es un loro mecanizado, que canta, vitorea, y charla con los fans de alrededor. La anécdota curiosa la contamos en nuestro último podcast, y no os la debéis perder.
Desde esta zona, se pueden ver mejor aún la última reforma de los nuevos marcadores acaecida este año. En las pantallas laterales se verán las estadísticas del partido, los datos y puntos en la Fantasy y en el central, las Highlights y los anuncios a los fans. Experiencia asegurada.
Bajamos hacia las más entrañas del estadio, donde vemos que están haciendo obras, si, las del nuevo vestuario. Nos toca ver, no el nuevo sino el antiguo, lo que cobra actualmente mucho más valor.
Vestuario tosco, con moqueta gris, una pizarra al fondo donde imaginas a Gruden explicando cómo hacer para acabar ese año ganando la SuperBowl. Taquillas donde están colgadas las sillas y donde borroso, se atisba el nombre del jugador al que pertenece la misma. Y si, Cañones y Football se sentó en la silla que ha utilizado Jameis Winston.
Curioso es ver los anuncios colgados dentro del vestuario, proporcionado por las reglas de la NFL para que los jugadores sean conocedores, o la propia NFL se exima de responsabilidad, no tienen desperdicio. Desde no compartir cuchillas de afeitar, a la de las sustancias prohibidas, o protección ante las conmociones o incluso cómo no placar.
La última parte de esta visita no puede ser otra que la de tocar el césped. Cosa que no dejaban pisarlo, pero y besarlo y tocarlo con las manos? eso sí? pues esa mano ahí!! Hierba renovada del tipo Tyfway Bermuda, muy resistente y enrejada.
Al acabar la visita, nos enseñan las carceles del estadio, donde van los chicos malos que no se portan bien durante el partido. Pocos con respecto al resto de equipos de la NFL, si es que los de los Bucs, a pesar de ser piratas, el grog va destinado a otro tipo de peleas.
Una vez acabada la visita de rigor del Raymond James Stadium, toca, como es de rigor para Cañones y Football, el reunirse con los propios Tampa Bay Buccaneers, y qué mejor sitio que el One Bucs Place. Tras unas verjas de hierro forjado negro, con logotipo de Bucs, encierra los secretos mejor guardados de esta franquicia.
Esas verjas se abren, sólo para Cañones y Football ese día, y la primera impresión, supera a la de entrar al Ray Jay. Cristalera mítica del balón de Football, que da acceso a la verdadera historia de Bucs.
Mientras esperamos que nos reciban, lo primero que se fijan los ojos es en ese trofeo Vince Lombardi, flanqueado de tres carteles, uno con el roster de los coaches de ese mítico 2002. Otro, con los resultados de esa temporada, y por último el roster del equipo, desde el FB Mike Alstott hasta el último jugador en plantilla.
Tras sorber la babilla por poder ver in situ el Vince Lombardi, al lado se abre la boca de admiración: una escultura en bronce de ese maravilloso día en San Diego. Jon Gruden en su estilo de celebración. a la izquierda, el gordo, ese gran 99, Warren Sapp. Luego Mike Alstott, ese por quien Marc, dobla las campanas. Un pequeño pero enorme CB que enseñó a muchos lo que sería defender, Ronde Barber. Shelton Quarles, enorme Linebacker y actual Director de Pro Scouting de Bucs. Brad Johnson, ese QB completo para llegar y ganar. El enorme Derrick Brooks, alguien por quien el boss @StendhalSpain amó este deporte. John Lynch, ese enorme S que ahora dirige a los 49ers. Y por supuesto Simeon Rice.
No te da tiempo a ver los distintos stands, uno con las distintas equiparaciones de los Bucs a lo largo de los años, o los distintos cascos con los logos de Bucs a lo largo de su historia, o los uniformes de las Cheerleaders.
Historia viva de Bucs, desde el panel de Head Coaches, a las remodelaciones del estadio… o incluso la mítica Pound The Rock, frase de inspiración que utilizó Jon Gruden para armar ese gran equipo que se hizo con la superbowl.
De la entrevista con Brooke Shelley y Chris del Departamento de Communications de los Tampa Bay Buccaneers, y sus consecuencias, en progreso todavía, os remitimos a nuestro último Podcast. Decir que ha sido un honor, un verdadero placer, pisar el Raymond James y el Templo del One Bucs Place para Cañones y Football y desde la mismísima Bahía. Para Cañones y Football, con lágrimas de emoción, se despide de esta crónica, vuestro siempre, Alfonso Colmenar (@StendhalSpain).
Os dejamos con la Galería Final de Fotografías: