Victoria fácil de los Buccaneers que solo quedará para el recuerdo por ser el partido en el que Tom Brady consiguió lanzar su touchdown número 600.
El triunfo empezó a fraguarse pronto: un gran retorno de punt por parte de Jaleon Darden dejaba el balón en la yarda 32 de Chicago y Tampa Bay anotaba por medio de una carrera de Leo Fournette.
Tras un intercambio de punts, comenzó el “festival” de Justin Fields o de la defensa bucanera, según se mire. Una intercepción de Delaney fructificaba en touchdown de Chris Godwin y en el siguiente drive Barrett conseguía un sack fumble que culminaba en un pase a Mike Evans, en el sexcentésimo touchdown de Tom Brady, para un marcador de 21-0.
La situación no mejoraba para los Bears, cuyos dos siguientes drives fueron un punt y un nuevo fumble perdido, producto de un sack de JPP, aunque en ninguna de las dos ocasiones Tampa subía puntos al marcador, incluyendo un field goal marrado por Succop.
Chicago conseguía su única anotación del partido (un field goal) antes de llegar a la mitad del segundo cuarto, que era respondido por un nuevo touchdown de Mike Evans, que volvería anotar (su tercer TD del partido) tras un turnover on downs de los Bears.
Se llegaba al descanso con un marcador de 35-3 a favor de Tampa Bay que hacía presagiar un festín de puntos en la reanudación.
Sin embargo, y a pesar de que Fields lanzó dos nuevas intercepciones (Whitehead y Desir) y de que Chicago solo tuvo cuatro drives en la segunda mitad, la relajación hizo que solo se anotara un field goal en todo ese tiempo, terminado el partido con la segunda unidad de los Buccaneers en el césped.
